Primavera de la vida
que siempre rebrota y vuelve
a renacer
la savia que antes dormida
vigorosa se revuelve
al florecer.
Primavera de la Tierra
que maltratada y herida
por el poder,
su vitalidad no encierra
y regenera su vida
hoy por doquier.
Primavera de las gentes,
de los pueblos que se alzan
de su opresión
y sueñan metas valientes
luchando hasta que alcanzan
liberación.
Primavera feminista
de una vida en libertad
con igualdad,
sin la violencia machista,
con respeto y dignidad
de humanidad.
Primavera de la infancia
y primera juventud
de la ilusión
renovada en la elegancia
de madura senectud
con corazón.
Primavera de otro mundo
promesa de humanidad
siempre mejor
en el deseo fecundo
de la solidaridad
como motor.
Primavera de la paz
siempre tan amenazada
por el terror,
y de forma pertinaz
a la vez tan deseada
por su valor.
Primavera de esperanza
aunque la quiera negar
la realidad,
lo que se quiere se alcanza
y para ello hay que luchar
con terquedad.
Primavera de alegría:
siempre hay la buena noticia
hecha de amor
como evangelio del día
que nos da como primicia
de su esplendor.
(Deme 2020)