¿QUÉ ME LLEVARÍA?

¿Qué me llevaría?

Es la pregunta a la que han tenido que contestar muchos de nuestros hermanos canarios de La Palma que veían cómo sus casas iban siendo arrasadas por el volcán Cumbre vieja en los poblados de Todoque y Tacande: a las puertas de su casa, sus vecinos no tenían mucho tiempo para decidir “lo que llevarse” (¿cómo recuerdo?), sabiendo que ya nunca podrían entrar en ellas, al ver lo que estaba pasado irremediablemente en las casas vecinas. Continuar llegint “¿QUÉ ME LLEVARÍA?”

A VECES LAS PRISAS SON ACONSEJABLES

Daniel Plà Tormos és membre del Grup Cristià del dissabte

 

A  VECES,  LAS  PRISAS SON  ACONSEJABLES

(A propósito del Sínodo de obispos 2022)

Sobre todo cuando lo que está en juego es la vida: bien que nos lo está mostrando el apresurado y múltiple descubrimiento de las diferentes vacunas que -sin las prisas de los investigadores- todavía estaríamos esperando: y es que la vida peligraba.

Ahora lo que está en juego, además y de algún modo, son muchos aspectos de la vida de la Iglesia: ¡Tantas cosas van desapareciendo… Y tanto necesitamos a jóvenes y vocaciones… que no se nos acercan… ! Continuar llegint “A VECES LAS PRISAS SON ACONSEJABLES”

PRECAUCIÓN Y PRUDENCIA

Daniel Plà Tormos és membre del Grup Cristià del dissabte

PRECAUCIÓN  Y  PRUDENCIA  (Frente al miedo y la superficialidad)

Nunca será el miedo una opción cristiana: así nos lo recordaba hace unos días el Evangelio de Marcos (4, 35-40) en medio de un montón de parábolas que nos enseñan a cuidar y alimentar nuestra vida de fe. Por no hablar de la habitual superficialidad que domina en nuestro mundo y hasta en muchos sectores de la Iglesia.

Es posible que los presbíteros  seamos de algún modo responsables de ello al acompañar mal a los fieles a la hora de ayudarles a tomar sus opciones morales. Y eso, a pesar de que es nuestra verdadera tarea de servicio pastoral. Continuar llegint “PRECAUCIÓN Y PRUDENCIA”

¡QUÉ PENA!

Daniel Plà Tormos és membre del Grup Cristià del dissabte

¡QUÉ PENA! (unas preguntas)

Sobre lo que ha dicho y por lo que representa. Estoy convencido de que lo que ha dicho responde a una supina ignorancia -sin más apoyo que la ignorancia culpable- y la irresponsabilidad de una inmisericorde política o ideología que se compadecen muy mal con su condición de “Padre Báez”.

¿Cómo puede llegar a la tremenda opción moral que le lleva a negar la culpabilidad del doble asesinato de dos inocentes criaturas? ¿En qué norma o criterio moral se apoya para “justificar” (“presentar como justo”) el doble asesinato de dos “personicas” que no podían tener ningún protagonismo en la triste historia que ha conmovido a todos los ámbitos de la sociedad?

¿Qué Moral, Psicología o Derecho Penal habrá estudiado este hombre para defender a capa y espada las graves afirmaciones que vierte (como si fuera una bolsa de basura), no sólo sobre la madre de las niñas asesinadas, sino también sobre la Fiscalía de Las Palmas porque se ha atrevido a “abrir diligencias”, sobre la razonada denuncia del Cabildo o el rechazo del portavoz de su Obispado, después de lo que está conmoviendo a todos los medios de comunicación?

¿Acaso busca un protagonismo que no le da su vestimenta y gorra amarillas? ¿Es que no le suena nada acerca de los “tipos” de delincuencia, y que para él (que era “infiel”) da lo mismo matar que no ser fiel o mostrar diferencias con respecto a su denuncia (la del todavía presbítero en ejercicio) de los que “son tan asesinos o más y peor que el mismo Antonio” (supongo que se refiere a Tomás Gimeno, el “engendrador”)?

¿Qué concepto puede tener sobre el valor de la vida quien se atreve a dictaminar que quienes le critican, lo que hacen “es igual o más que un crimen, es igualmente matar”? ¿Qué Moral practica el clérigo que dice que “hay que rezar por la madre de Antonio (supongo que es Tomás), que aunque es un decir es una puta”? Y, ya al final y en medio de un escrito taquigráficamente muy confuso, se atreve a decir: “tan criminal es el que mata como el que odia”. Y eso, dice, porque ambos “pecan igualmente”. No entro ni en la vida ni en la muerte del “engendrador” de las niñas, pero no perdamos el sentido común.

Daniel Plà, profesor jubilado de Teología Moral.