Deme Orte és membre del Grup Cristià del Dissabte
LA VACUNA DE JESÚS
El profeta Juan predicaba la conversión para evitar el castigo de Dios, y mucha gente se acercaba a él, y Juan los bautizaba en el Jordán. Jesús se puso a la cola con su pueblo para ser bautizado y tomó conciencia de su misión no de castigo de Dios sino de misericordia. Y la ejerció con su pueblo porque mucha gente andaba perdida y abandonada como ovejas sin pastor. Y se compadeció de sus sufrimientos y los alivió y curó todo lo que pudo.
Descubrió una vacuna que curaba aquella pandemia. Era una vacuna de amor, a base de compasión compartiendo el sufrimiento de la gente. Jesús tocaba a las personas enfermas sin miedo a contagiarse. No porque fuera negacionista, sino aceptando, comprendiendo y compartiendo el mismo sufrimiento. Haciéndolo suyo lo hacía desaparecer al dar a la otra persona la confianza y la autoestima de creer en su propia curación. “Tu fe te ha curado” les decía.
La vacuna del amor crea anticuerpos para resistir la enfermedad con la experiencia de la compasión. Sufriendo con quien sufre se combate el sufrimiento y se alcanza la sanación. Con dosis de misericordia y de solidaridad se combaten los virus del egoísmo y la deshumanización, y se refuerza la inmunidad personal y de grupo al sentirse en comunión. Así se refuerza la resiliencia frente al desánimo y la desesperanza.
Esta vacuna es gratis y es universal. Cuanto más se cultiva y difunde más crece y se multiplica. No se puede guardar ni tampoco vender. Si se guarda se echa a perder. Si se vende se desvirtúa y no sirve. Cuando llega a todas las personas que la necesitan se queda a vivir en ellas y se siembra para quien venga detrás. Es inagotable.
Si ya has recibido tu dosis, lo notarás en seguida porque produce paz, alegría, felicidad. Compártela.
Deme Orte (21-4-21)