DECLARACION ANTE LAS ELECCIONES GENERALES 2004

DECLARACION ANTE LAS ELECCIONES GENERALES 2004

                        Las próximas elecciones generales nos sitúan ante reales encrucijadas que interpelan a la conciencia cristiana y, con más razón, a quienes hemos convertido la opción por los pobres en vocación y tarea. De la voluntad ciudadana dependerá en gran medida que caminemos hacia formas autoritarias de gobernar lo público o hacia formas participativas y democráticas; que decidamos vivir en una sociedad organizada sobre la competitividad de los fuertes o sobre la solidaridad con los débiles; que construyamos una sociedad de acogida o una sociedad excluyente; que los pueblos de España se instalen en la crispación o en la construcción de consensos en torno a los que están peor situados; que España sea una nación de nacionalidades y sea capaz de aceptar un proceso histórico abierto.

Ante las grandes decisiones colectivas, no podemos distraernos en asuntos manidos, por importantes que sean,  sino interesarnos por lo que resulta esencial para crear condiciones de vida de los que están peor situados, favorecer las capacidades de reflexión más allá de las actuales manipulaciones mediáticas y mostrar el trasunto ideológico de las propuestas reales. Y queremos hacerlo cuando los partidos están elaborando sus respectivas propuestas, no ya cuando todo está cocinado y el debate se convierte en propaganda política o en moralismo idealista.

1.- Ante el  déficit democrático

 Frente a una forma de gobierno paternalista y tutelada, que reprime los derechos de personas reales y concretas, apostamos por aquellas propuesta políticas que potencien la participación de las personas y de sus organizaciones en la conducción de los asuntos públicos. Apoyaremos los programas que amplíen y profundicen la participación política en contextos de diversidad cultural y pluralismo social. Frente a la arrogancia del poder político, apoyaremos nuevos estilos de gobierno que favorezcan la trasparencia, la implicación ciudadana, la cercanía y la voluntad de trasformación. De este modo apostamos por la dignificación de la política participativa y creemos que para gestionar los asuntos públicos, están más acreditados los que se proponen mantener y defender los sistemas públicos  que los que sistemáticamente devalúan las estructuras colectivas.

2.- Ante la intervención militar

 Consideramos que la mayor herida social, ética y religiosa hoy es la pervivencia de la invasión militar de Irak, en la que España, no sólo la ha impulsado, sino que ha desempeñado un papel activo en ella. Apoyaremos a quienes propugnen el cese inmediato de la intervención armada, el retorno inmediato del ejercito español y la oposición a la absurda carrera armamentística. Apostaremos por los partidos que propugnen instrumentos de prevención ante las crisis internacionales basadas en recursos políticos, económicos y sociales, y gestión de la  crisis por parte de organismos internacionales de pacificación.

3.- Ante la  sociedad del miedo

 Apoyaremos a los partidos que ayuden a desactivar y desmovilizar el miedo, que siempre es la sombra de la derrota; con el miedo se devalúa la acción política, se neurotiza la vida cotidiana de nuestros pueblos, se consagra la desconfianza en lo diferente y se claudica de la propia razón a favor de los poderosos. No comprendemos que se coloque la obsesiva preocupación por la seguridad por encima de las personas: una España integradora no suscita miedos sino esperanzas colectiva para la convivencia, la invocación a las nacionalidades no provoca miedos sino la única forma de ser español hoy, la investigación biogenética no provoca miedo sino esperanzas para la salud y la calidad de vida. No apoyaremos a quienes demonicen la construcción nacional ni a quienes despierten todas las paranoias que parecían superadas: el anticomunismo, el antinacionalismo. Sólo una pedagogía social adecuada acompañada de medidas preventivas podrá controlar los peores signos de intolerancia: los actuales brotes de xenofobia, discriminación racial, fundamentalismo político y religioso y discriminación por motivos de sexo.

4.- Ante la globalización económica

 Apoyaremos a los partidos con políticas de solidaridad internacional que propongan medidas concretas para gobernar los mercados a favor de los países más pobres y fortalezcan de este modo las Instituciones internacionales que han sido ninguneadas por Estados arrogantes y coaliciones que se han situado por encima del orden jurídico internacional; la globalización realmente existente, de carácter economicista, trae esperanzas para unos pocos y temores para muchos; que sea esperanza para muchos depende de que pueda ser gobernada en beneficio de las mayorías populares y sometida a la responsabilidad política. Apostaremos por quienes favorezcan políticas de cooperación al desarrollo como el 0.7 del PNB para la ayuda al desarrollo, la condonación de la deuda externa, el control de los movimientos financieros, la apertura de mercados a los productos del Sur, la preservación del medio ambiente y desarrollo ecológico, el apoyo al comercio justo y al consumo ecológico, la desmilitarización y el dividendo de la paz.

5.- Ante las inmigraciones

 Apoyaremos los programas que favorezcan otra mirada sobre la inmigración como solidaridad con los países del Sur y propongan  la igualdad de rato con los nacionales, incluidos los derechos económicos, sociales, culturales y políticos. La situación de los derechos y libertades de las personas inmigrantes “sin papeles”, en torno a un millón de personas, es un atentado a la conciencia moral y  la persistente muerte de inmigrantes en  los mares de España desafía todas las instancias civilizatorias. Apostaremos, en consecuencia, por  la regulación inmediata de todos los inmigrantes, que se encuentran en situación de irregularidad administrativa, por la prohibición del uso policial de los datos del padrón municipal que atenta al derecho fundamental a la vida privada y familiar, por el reconocimiento de un tipo de ciudadanía para el desarrollo social, político y cultural y que combata la imagen negativa y distorsionada del fenómeno migratorio.

6.- Ante la sociedad desigual

 Frente a los programas interesados primariamente por la conquista del voto de las clases medias que atienden únicamente a los intereses representado por el llamado centro sociológicos, apoyaremos a aquellos partidos que sitúen a los que están peor situados en el corazón de sus propuestas; apoyaremos las reformas fiscales que tengan mayor contenido distributivo e induzcan medidas económicas y fiscales que luchen contra los efectos devastadores de la pobreza y la marginalidad; apostaremos por aquellos que propongan una mejor distribución de la riqueza  y universalicen los derechos sociales.

7.- Ante la pérdida  de la laicidad

 No hay paz social sin paz religiosa y no habrá paz religiosa sin el respeto y reconocimiento a las creencias. Apoyaremos aquellas propuestas que establezcan la relación con las organizaciones religiosas desde la autonomía recíproca, el respeto y la colaboración, frente a la instrumentalización política de la Iglesia católica, frente a los fundamentalismo religiosos de la política y frente a la tentación de convertirse en religión de Estado o en religión civil. La libertad común que garantizan las leyes generales es el mejor escenario para una Iglesia profética, incómoda para la sociedad y peligrosa para las instituciones políticas. Apostamos por la desaparición de los tratos de favor y del maridaje entre lo nacional y lo religioso para que la preocupación esencial sea  por las víctimas de cualquier doctrina, ideología, concepción política o religión.

Valencia 17 enero 2004

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